domingo, 22 de noviembre de 2009

A un año de mi último post.

Es increíble como cambian las cosas en un año. Estaba leyendo mi último post antes de éste. Creo que estoy en uno de los más tristes meses de mi vida. Comentario para los que no saben, este año desarrolle Diabetes, aunque eso es un pelo de la cola de la larga lista de enfermedades que he tenido. Cuando entre este año al Doctorado, pensé que estaba formando los pilares de mi futura vida. Ahora me pregunto ¿Qué vida? Por circunstancias absolutamente fuera de mi control, la muerte de uno de mis más queridos seres me destruyó anímicamente toda la segunda mitad de este año. Por una de esas casualidades, me encontré con una persona que es Budista, la cual hasta el día de hoy a tratado de ayudarme tanto mentalmente como espiritualmente, ordenando completamente las nuevas prioridades de mi vida. He descubierto recientemente gracias a su "peculiar" forma de decirme las cosas, mis dos más grandes dolores que me han acongojado durante estos últimos 14 meses. Uno de ellos es culpa de mis cercanos en la universidad. Aun sin tener malas intenciones, mis cercanos minaron mi confianza académica. Deberían saber cuando aconsejar y, especialmente, cuando guardar silencio. Agradezco eso si a mis dos grandes pilares emocionales que tengo en la universidad, que me han permitido digerir todo lo que me ha ocurrido y que me acompañaron al enterarse de la muerte de mi pequeña dama. Ahora estoy en la recta final de los ramos, que no me ha ido muy bien de digamos, pero espero salir luego de mi actual licencia médica (para variar, me enferme, pero de mala suerte, uno de los remedios recetados para la diabetes me genera jaqueca) y a pelear se ha dicho.
¿Por qué decidí ahora escribir esto? No lo sé, pero creo que es un buen desahogo. Espero que Mi Señor me de la tranquilidad espiritual y la serenidad que necesito para finalizar de buena forma este final de año.
Que estén bien y que Dios los bendiga.

1 comentario:

jpsoto dijo...

Keep walking. No matter what.